MI HISTORIA (PARTE 1)

¡El lunes me pongo a dieta! ¡Y esta vez en serio!

Y tanto que era en serio, a fuerza de voluntad no hay quien me gane, si yo decía dieta era dieta y nada de un día es un día, no... dieta estricta, de las de voy a perder 5 kilos en un mes o lo que es lo mismo: "hola, hambre en el mundo". Y los perdía, claro que los perdía. Y después los ganaba...

Sí, así era yo hace poco más de un año, viviendo un círculo vicioso del que no había salida.

Ahora me mato a hambre pero pierdo 5 kilos. ¡Uy, Irene, que delgadita estás!. Yo más feliz que una perdiz. Me merezco alguna que otra licencia por lo bien que lo he hecho. ¡Venga, que llevo mucho tiempo a verdolaga!, ¡hoy homenaje!. Mañana, ¡Total, por un día, no pasa nada!. Pasado, ¡Si estoy muy delgadita, me lo puedo permitir! y cuando me quería dar cuenta no me abrochaban los vaqueros y había vuelto al día cero:

¡El lunes me pongo a dieta!, ¡Y esta vez en serio!.

Así contado os parecerá hasta gracioso y seguro que más de una se siente identificada pero creerme cuando os digo que no tenía gracia. Estaba delgada pero falta de energía, delgada pero sin tono muscular, delgada pero malnutrida, delgada pero amargada, delgada pero...

La dieta de la piña, del melón, del pomelo o del melocotón, la del pepino, la cebolla, la Dukan o la madre que lo parió. Existen tantas dietas estúpidas a las que nos sometemos que no se si es de risa o de tratamiento.

No nos engañemos, no hay secretos, ni dietas mágicas, ni pastillas milagrosas, hay que cuidar la alimentación y hacer ejercicio de forma regular y punto. No te gusta lo que te acabo de decir, ¿verdad?. Pues siento decepcionarte pero es lo que hay.

Hasta ahora sólo he hablado de mis ciclos alimenticios y no he mencionado que tipo de actividad física practicaba. ¿Levantarse a la cocina es considerado deporte olímpico?. Duda despejada. Actividad física nula.

Y ahora, al grano, como me di cuenta que necesitaba un cambio.

Finales de febrero del 2014, un domingo cualquiera después de un sábado cualquiera. Día de pijama, pizza, pelis y relax. No me levantaba ni para ir al baño porque creía que me había hecho ventosa el culo en el sofá, con eso os lo digo todo. ¡Bufff!, que coñazo de peli, voy a hacer un zapping, ¿dónde está el mando? ¡bufff!, en la otra punta, ¡bufff! me tengo que levantar, ¡bufff! no tengo ganas... Solución, me inclino hacía la derecha, estiro el brazo y lo trinco.

¡Ay, carajo!, ¿me acaba de doler la zona de la cadera/cartuchera?, creo que si y encima no he llegado al mando... Otra vez, ¡arggg!, confirmado. Y fue justo en ese momento en el que descubrí que la grasa localizada duele.

Pues sí, seguro que os esperabais otra cosa pero así es como comprendí que ya no se trataba de estética, que el estar delgada no necesariamente implica estar en forma y que estar en forma debe ser sinónimo de salud.

Y por arte de magia, cambié el chip...

Continúa...